La nanotecnología suena a algo lejano y vinculado a la ciencia ficción, llevada adelante por científicos locos del mundo de lo muy muy pequeño. Sin embargo, la realidad es que muchos de los productos que usamos cotidianamente incorporan nanotecnología para darle propiedades especiales: mayor durabilidad, hidrofobicidad (que no se mojen) y propiedades antimicrobianas, entre otras. En este espacio, queremos empezar a compartirles un poco de cómo hacemos nanotecnología cada día desde el laboratorio de la FAN; nosotros, los científicos no tan locos del mundo de lo muy muy pequeño.
La idea inicial fue montar un laboratorio de fabricación nano en el edificio de la FAN, ubicado en el predio de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Actualmente, contamos con un espacio en el subsuelo, para trabajar cotidianamente, y otro en el primer piso, la “sala limpia”, donde llevamos a cabo desarrollos que requieren altos niveles de control de las condiciones. Compartimos el resto del edificio con las demás áreas de la FAN y las 15 empresas incubadas, trabajando en sus propios desarrollos, formando un ecosistema ideal para la generación de ideas y soluciones.
Los integrantes de la Nanofab conforman un equipo de trabajo interdisciplinario que desarrolla proyectos propios y colabora y brinda asistencia a otros. El encargado del laboratorio, Fabián De Vita, es licenciado en Química de la UBA, lidera al equipo y se encarga de la gestión del equipamiento; Martín Lucero es técnico en Automatización y Robótica, se orienta al diseño y armado de piezas para los diferentes equipos, solucionando los requerimientos específicos que se presentan día a día y Brian Horowicz y Clara Martínez Sarrasague son bioingenieros del ITBA, y asignarles una sola tarea no sería representativo de su trabajo, ya que hacen de todo un poco.
El laboratorio busca nuclear y ayudar a transferir el conocimiento nanotecnológico a aplicaciones concretas, con impacto real y cotidiano, unificando el mundo nano a nivel nacional y regional.
Por un lado, prestamos servicios con la maquinaria y el equipamiento disponible a empresas, investigadores y emprendedores. Esto puede incluir desde evaluar mecánicamente una muestra tratada con nanotecnología con nuestra máquina de ensayos, analizar su composición con la pistola de rayos X, caracterizarla con el espectrofotómetro uv-visible o el Raman, o ver el tamaño de sus partículas y su rugosidad con el microscopio de fuerza atómica (AFM). También llegan solicitudes de producción; podemos imprimir circuitos electrónicos sobre varios sustratos (bases imprimibles) rígidos y flexibles con nuestra Ceradrop, o producir filamentos de impresión 3D con nanocompuestos en nuestra extrusora doble tornillo ThermoFisher.
Recibimos también ideas nuevas, proyectos avanzados o de productos ya existentes que quieren ser mejorados con nano. Evaluamos el estadío del proyecto y asesoramos en base a nuestra experiencia, siempre contactando a los grupos especialistas en la temática que forman parte del Mapa Nano de la FAN, buscando generar desarrollos conjuntos, vinculando y haciendo crecer el ecosistema.
Buscamos también hacer llegar el mundo nano al mundo real. Junto al equipo de comunicación, armamos charlas, talleres, cursos y propuestas cómo este blog, para difundir la nanotecnología y dar a conocer nuestro trabajo.
Nunca hay poco que hacer en Nanofab. En este espacio les contaremos sobre proyectos vigentes y novedades de nuestro laboratorio. Desde nuestro subsuelo vemos el potencial gigante que tiene esta disciplina de lo muy muy pequeño.