Litio, el debate sobre un recurso estratégico

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Argentina, Bolivia y Chile concentran el 60% de las reservas mundiales de este metal alcalino clave para el desarrollo de las baterías de los dispositivos móviles y los autos eléctricos. ¿Cómo afrontar el desafío de industrializar su producción y evitar ser solo exportadores de la materia prima?

Para empezar, debemos explicar por qué el litio se ha vuelto tan importante en la última década, qué características tiene para ocupar un rol central en el funcionamiento de las baterías, no solo de celulares, tablets y notebooks, sino también para las utilizadas en los autos eléctricos – 1500 veces más grandes que las anteriores – y para la acumulación de energía de fuentes renovables pero intermitentes como la generada por el sol, el viento y las olas.

La primera de esas características que vuelven al litio la mejor opción conocida, hasta el momento, para ser empleado como sustrato en las baterías es que sus átomos son extremadamente pequeños, lo que les permite poder insertarse dentro de la red que forman las moléculas de las cuales están hechas dichas baterías. La segunda característica fundamental es que el litio es un material electropositivo, es decir que tiene tendencia a ceder electrones y mantenerse en forma de ión, volviéndose un excelente transportador de carga. Por último, es el metal más liviano de la tabla periódica y, ya empleado en las baterías, no sufre tanto el desgaste – en comparación con otros materiales – en el proceso de carga y descarga de las mismas.

Según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), la Argentina es el cuarto productor mundial de carbonato de litio con 6.400 toneladas anuales y el segundo con mayor cantidad de reservas, 14,8 millones de toneladas, solo superado por Bolivia que cuenta con 21 millones de toneladas. Otro dato relevante al respecto es que nuestro país ha sido el primer destino global en inversiones para exploración de litio de los últimos dos años y, según estimaciones, podría llevar sus exportaciones de u$s 190 millones en 2019 a u$s 2101 millones en 2030. A mediados del año pasado, este sector de la minería registraba 4400 empleos directos e indirectos.

Actualmente, en nuestro país existen dos minas en funcionamiento que serán ampliadas próximamente – una en Catamarca y una en Jujuy – y dos en construcción – una en Salta y otra más en Jujuy -, las cuales proyectan para el 2022, tener la capacidad de producir 135 mil toneladas anuales de carbonato de litio. Ahora bien, ¿qué capacidad tiene Argentina de agregar valor a ese commodity? ¿Es factible producir baterías de litio o incluso ir más allá y evaluar la posibilidad de fabricar autos eléctricos? Si bien hay quienes consideran que existe poco margen para involucrarse en mercados como estos, debido a complejidades puntuales, trataremos de mencionar algunos proyectos que permiten esperanzarse con esta posibilidad.

Con el objetivo de incentivar esta reconversión productiva y pasar de una economía extractivista del litio a una producción basada en la innovación, el Estado Nacional enviará este año al Congreso el Proyecto de Ley de Movilidad Sustentable y Electromovilidad, elaborado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, que tiene por objetivo impulsar la industrialización del litio, la incorporación de los fabricantes de autopartes y la renovación de la flota del transporte público – buses eléctricos en reemplazo de los basados en combustibles fósiles -, en el marco de lo que se denomina “agenda verde”.

En cuanto al desarrollo de baterías, uno de los actores importantes que viene trabajando en esto desde hace algunos años es la empresa Dynami, incubada en el Espacio de Innovación de la FAN. Dicha compañía, recientemente ha creado una tecnología de electrodos micro/nanoestructurados para que las baterías de litio se carguen más rápido y tengan mayor vida útil que las opciones disponibles hoy en día. El Honeycomb Electrode(tm) de Dynami es una tecnología que es aditiva a otros avances en la industria de las baterías de litio y es compatible con las últimas tendencias del sector, como ánodos de litio metálico y baterías de estado sólido. Esta tecnología ha despertado interés en países como Estados Unidos, China y Corea del Sur.

En esta misma línea, desde el año 2013, la Fundación InnovaT administra 7 convenios relacionados con la posibilidad de fabricar baterías de litio en la Argentina y, recientemente, la empresa china Jiankang Automobile Co. mantuvo reuniones con autoridades nacionales y provinciales y mostró su interés en avanzar en la instalación de una planta de producción de baterías de litio en el Parque Industrial El Pantanillo, en la provincia de Catamarca, asociándose con la empresa local PlaKa, que trabaja en la elaboración de productos afines.

En cuanto al desarrollo de medios de transporte eléctricos, existe un caso paradigmático en nuestro país, se trata de la empresa Sero Electric, la primera en fabricar y patentar un auto de estas características de producción nacional. Esta compañía, radicada en Morón, cuenta con 3 modelos, ya disponibles para la venta, de lo que se conoce como cuadriciclos ligeros, inspirados en los microcars europeos. El objetivo a futuro de Sero Electric es producir vehículos eléctricos de vanguardia, con autonomías más extensas e insertarlos en el mercado como una opción innovadora a la hora de movilizarse. A esta iniciativa, se suman otras más incipientes que implican la asociación con los grandes actores del mercado, más avanzados en el desarrollo de este tipo de bienes y productos.

En la Argentina, existen 17 grupos de I+D+i relacionados con la nanotecnología que desarrollan líneas de investigación en litio, ya sea para su extracción de manera sustentable y la de otros compuestos de alto valor agregado, para el estudio y desarrollo de materiales implementables en este tipo de baterías y para la recuperación de litio de rocas y desechos tecnológicos. Incluso, en el año 2015, con el objetivo de impulsar estas investigaciones, se creó en la ciudad de Palpalá – provincia de Jujuy – un instituto específico para tal fin, el Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy (CIDMEJu – CONICET – UNJu). Si se quieren alcanzar estos objetivos, será decisivo incluir a los grupos de investigación de nuestro país que vienen trabajando en estos temas, con la finalidad de incorporar sus conocimientos y lograr una vinculación fructífera con el sector industrial, encargado de la producción de estos bienes.


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